viernes, 23 de noviembre de 2012

"Karate-do: Mi camino"

Han pasado meses desde la última vez que actualicé este blog, lo cual no deja de ser tan sólo un reflejo más de los cambios que ha sufrido mi Karate en los últimos tiempos...

Hace ahora 3 años, a finales de noviembre de 2009, tuve que tomar una difícil decisión, y abandonar lo que había sido 'mi segunda casa' desde que tenía 13 años. Terminaba así una etapa de 14 años practicando Shotokan convencional en un "club/gimnasio", y comenzaba el desafío de empezar a abordar todo mi entrenamiento de forma personal.
Nunca me planteé buscar otro "gimnasio". Conocía el Shotokan, o mejor dicho, la manera en la que se estaba practicando, y ya no se ajustaba a lo que yo estaba buscando. Si continuaba haciendo Shotokan, que al fin y al cabo era el único Karate que conocía (en la práctica), sería "a mi manera": con total libertad para añadir cualquier elemento que considerase necesario, y descartar influencias y distracciones que, en mi opinión, únicamente dificultan el camino. Desde entonces, mi entrenamiento es absolutamente personal y privado.

Los comienzos fueron duros, "sin techo", sin guía, y con la incertidumbre de no saber cuál sería mi futuro en el Karate; pero tenía tan claro como el primer día que quería seguir aprendiendo y progresando.

La necesidad me empujó a empezar a utilizar la terraza como "dojo", algo que nunca antes se me había pasado por la cabeza siquiera. Recordando las palabras del Maestro Funakoshi "cualquier lugar puede ser un dojo", y entrenando en la "clandestinidad", de noche y bajo las estrellas, pronto empecé, no sólo a acostumbrarme, sino a sentirme más cerca que nunca del Karate original de Okinawa, y de aquellos que lo practicaban hace siglos sin otra preocupación que no fuera la de procurar entrenar a diario e intentar seguir el camino con seriedad y honestidad.
Y descubrí el verdadero lujo que es poder entrenar a la hora que quiera, el tiempo que quiera, cualquier día de la semana, dependiendo únicamente de mi propia voluntad para hacerlo. Entrenar en condiciones cambiantes (luz/oscuridad, frío/calor) proporciona también una experiencia muy interesante. He llegado a estar tan a gusto, que sinceramente no cambiaría mi "dojo terraza" por ninguna amplia sala bien iluminada y con suelo de "tatami de puzle", aunque la tuviera justo al lado de casa. El único problema es la lluvia, pero afortunadamente el clima de Valencia es un aliado más que un enemigo, y son escasos los días del año en los que el clima me impide usar el dojo (que no entrenar).
También cambié el karategi por unos pantalones cortos, y una (o varias) camisetas, en función de la época del año. Me hace gracia recordar que yo solía tener la idea de que el entrenamiento serio debía ser en karategi... Ahora sólo uso el karategi de vez en cuando, en entrenamientos "formales", y me resulta más bien incómodo...


Mi "Dojo Terraza", todo lo que necesito.

Sin embargo, si bien podía entrenar solo tanto como quisiese, para poder seguir aprendiendo y progresando adecuadamente, en algún momento necesitaría a alguien de quien aprender.

Insatisfecho con el Shotokan, mis lecturas e investigaciones me conducían cada vez más rápido hacia el Karate de Okinawa. Descubrí, entre otras cosas, que había un elemento absolutamente fundamental en el Karate, que sin embargo era virtualmente desconocido en el ámbito del Karate moderno: el hojo undo. Poco a poco fui introduciendo el uso de las herramientas en mi entrenamiento, con entusiasmo por haber encontrado un "eslabón perdido", con un nuevo horizonte para seguir mejorando, y una excelente manera de compensar la falta de compañeros de práctica (lo único que he llegado a echar de menos).


Algunos de mis "compañeros de práctica":
kongoken, ishi-sashi, nigiri-gami y chi-ishi.

El libro de Michael Clarke sobre hojo undo fue particularmente útil e importante, no sólo por el excelente contenido acerca del origen, la construcción, y el uso de las herramientas, sino porque en su interior encontré por primera vez el nombre de un karateka bastante peculiar que, casualidades del destino, vive aquí en España. Unos meses después, el 30 de septiembre de 2011, tuve la oportunidad de conocer personalmente a Richard Barrett Sensei y recibir una introducción, en mi opinión privilegiada, al Karate-do Goju-Ryu. Desde ese momento, he vuelto a visitarle con frecuencia, y me he centrado en entrenar únicamente lo que él me está enseñando, que no es poco.

Así que, ahora mismo, supongo que debería decir que soy practicante de Goju-Ryu, ya que ese es el único Karate que he practicado desde hace ya más de un año (y espero poder seguir practicando), pero por mi experiencia, sigo siendo algo reacio a clasificar el Karate en "estilos" y tener que poner etiquetas (límites) al Karate que hago.
Pero lo importante no es el estilo, nunca lo ha sido; lo importante es haber encontrado a un verdadero "sensei" con un enfoque que realmente coincide con todo lo que se supone que es el Karate-do. Sigo entrenando solo la mayor parte del tiempo, lo cual ya me parece lo más natural y adecuado, ya que únicamente depende de mí, y nadie lo puede hacer por mí, pero ahora cuento con la ayuda inestimable de alguien con más experiencia que me proporciona valiosa orientación para que no me pierda en el camino. De esta manera, al encontrar finalmente lo que había estado buscando, no fue demasiado difícil desprenderme de lo anterior y volver a ponerme un cinturón blanco. Podría haber seguido practicando Shotokan por mi cuenta, pero sencillamente ya no sentía la necesidad.

Como ya no soy practicante de Shotokan, ya no me siento identificado con la página web shotokankaratedo.es. No obstante, después de todo el trabajo y el tiempo que le he dedicado durante los últimos 6 años, creo que no tendría ningún sentido cerrar el proyecto. Al fin y al cabo, esa web siempre ha sido sobre Karate en general, y nunca sobre 'mi Karate particular', así que considero que la información continúa siendo igual de válida, independientemente del tipo de Karate que yo practique o deje de practicar. Pero su desarrollo futuro está comprometido, ya que ya no estudio el Karate desde el punto de vista del Shotokan.
Más de una vez me ha pasado por la cabeza hacer una renovación profunda de la web, y puede que en algún momento lo haga, pero ahora mismo supondría demasiado trabajo, y total para acabar publicando fundamentalmente lo mismo, pero con un nombre distinto.

Ahora, estoy más centrado en otros proyectos:

Después de un tiempo de incertidumbre, he recuperado la ilusión del principiante; y con tanto por hacer y aprender de nuevo ante mí, el futuro ya no parece tan oscuro, aunque sé que el camino del Karate-do nunca será fácil.

2 comentarios:

José Manuel Mayo dijo...

Hola Victor, me alegro que vuelvas a publicar.

Te voy hacer una pequeña reflexión, no renuncies a tu pasado, ya que el te condujo a tu presente, con errores o aciertos, proporcionándote las herramientas necesarias para ser quien eres. En Shotokan o cualquier otro estilo de karate depende de la persona que lo practique o lo enseñe, no del estilo. Seguro que hay personas de cualquier estilo de karate que te aportarían grandes cosas. Mi maestro siempre me dijo la mente abierta, busca, compara, experimenta y vívelo. No tengas prejuicios de antemano, siempre se puede aprender hasta de un principiante (más de una persona que lleva practicando toda una vida, aunque sea muy ortodoxo y fundamentalista, lo que no quiere decir que lo seas tú).

Yo ya hace tiempo que practico solo, al igual que tu he encontrado gran satisfacción en ello, libre de ataduras (la diferencia es que practico con mis hijos en algunos días y otros solo, en una especie de clan familiar de karate). Pero cuando puedo comparto siempre con todo el mundo mis experiencias y las suyas (con aquellos que quieran compartirlas).

Bueno me despido, con un cordial saludo desde Asturias. Y te repito que me alegro que vuelvas a publicar.

José Manuel Mayo Magadán.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, que envidia sana me das, llevo bastante tiempo siguiendo anonimamente tu blog y es admirable tu trabajo y actitud.

Soy un viejo, o viejísimo practicante de Shotokan, desde hace más de 30 años, y desde hace ya unos cauantos estoy en la misma situación, practicando en solitario lo que puedo, debido a la falta de tiempo para acudir a un Dojo, y también a la escasez de los mismos, por que no decirlo.Yo hecho mucho de menos el contacto con otros en la práctica y no descarto volver a buscar algún gimnasio donde acudir aunque sólo sea un par de veces al mes.

Muchos saludos.

Pd. Que lujo tener esa terraza como Dojo.