domingo, 19 de diciembre de 2010

Shodan (初段)


Hoy hace 11 años desde que obtuve el Cinturón Negro 1erDan (Shodan), el 19 de diciembre de 1999. ( Por la FEK )

No significó demasiado entonces... y nada significa ahora. Fue el primer dan, y también el último.

¿Por qué me examiné?
Pues sencillamente porque después de 4 años de práctica dedicada, era lo lógico y natural, y sinceramente sentía que tenía el nivel necesario para ser cinturón negro. Además, desde el primer día el Karate había pasado a ser parte importante de mi vida, y no tenía ninguna duda de que lo seguiría siendo, así que, qué menos que obtener el cinturón negro. No había ninguna razón para no examinarse. También me hacía ilusión ser cinturón negro, claro que sí, pero incluso entonces, era ya plenamente consciente de que tan sólo era el grado mínimo, el principio, y de que lo verdaderamente importante era tener el nivel. El examen sólo era un mero trámite, y el color del cinturón algo insignificante (de hecho no dejé de llevar el cinturón marrón hasta marzo, tres meses después del examen, cuando llegó el nuevo cinturón de color negro).

No me he vuelto a examinar desde entonces.

De vez en cuando me preguntaban "¿por qué?", y todavía me lo preguntan a veces, no sin sorpresa, aquellos que, sin conocerme demasiado, descubren que "todavía" soy 1erDan (y lo que me queda!!). Desde su punto de vista, no parece tener demasiada lógica... y yo me pregunto si es obligado examinarse, y si todo el mundo con 'X' años de práctica debería tener, sí o sí, un determinado grado.

Dejar de examinarme no es algo que tuviera planeado desde un principio. Y de hecho recuerdo que "de jovencito" solía hacer planes del tipo: "Si soy 1erDan con 17 años, puedo ser 2ºDan a los 19; 3erDan a los 22; 4ºDan a los 26...". Qué futuro tan prometedor... jajaja!!
Pero resulta que esos planes nunca se llevaron a cabo, y por voluntad propia.

Después de obtener el 1erDan no bajé el ritmo lo más mínimo, por descontado. Todo lo contrario, a lo largo de los años he intentado entrenar cada vez más y mejor. Pero por alguna razón, ya no notaba ningún progreso. Mi sensación era de haberme estancado y de no mejorar lo más mínimo. A veces incluso pensaba que había empeorado, y tenía que consolarme pensando que era imposible, que no podía estar yendo a peor entrenando absolutamente todos los días del año.
En cualquier caso, con esas sensaciones, no tenía demasiado sentido pensar en examinarse de 2ºDan: "¿Cómo me voy a examinar de 2ºDan si no he mejorado nada desde que me examiné de 1erDan?", "¿Por qué debería examinarme si no me veo en el nivel que yo considero debería tener un 2ºDan?". Eso es lo que pensaba tras un par de años desde que me examinara de cinturón negro.

Sabía que en cualquier momento podía examinarme y aprobar, pero poca importancia tenía eso. Siempre me he tomado el Karate bastante en serio, y "aprobar" no tenía sentido para mí. Prefería ser un 1erDan decente que un 2ºDan mediocre, y los defectos que (muy a mi pesar) me podía permitir siendo 1erDan serían menos justificables siendo 2ºDan.

Así, el tiempo pasaba, y yo seguía preocupándome mucho por mi Karate, y muy poco por un hipotético examen de grado que en ningún momento me llegué a plantear seriamente. La cada vez más remota idea de examinarse, únicamente se presentaba de manera ocasional, cuando otros compañeros tenían que examinarse y surgía la aparentemente inevitable pregunta: "¿Y tú para cuándo?". A partir de un determinado momento, la pregunta hasta me pillaba por sorpresa: tenía tan claro que los grados ya no formaban parte de mi Karate, que pensaba que para el resto del mundo era igual de evidente.

Independientemente de mi nivel personal (del que ya dudo que algún día llegue a sentirme satisfecho), después de 4 ó 5 años de 1erDan, y de ver lo poco que significaban los grados, pasaron de ser algo secundario, a algo completamente banal, insignificante, y absolutamente prescindible e innecesario para mí.
Si me examino, "¿voy a saber más Karate?; ¿voy a ser mejor?; ¿va a cambiar en algo mi forma de entrenar?".
Parece evidente que NO, así que, ¿por qué debería hacerlo??

De vez en cuando recibía un poco de "presión bienintencionada" para que me examinara, por parte de un compañero (muy apreciado), pero nunca consiguió convencerme para que lo hiciera con argumentos concluyentes. Y, por suerte o por desgracia, en ciertos aspectos tengo una enorme facilidad natural para ir en contra de la manada, así que hacen falta argumentos bastante buenos para lograr convencerme de algo.

Alguien en su día importante me dijo, medio en broma medio en serio: "si no te examinas, nadie te va a respetar"... Bueno... Yo hago Karate para mí mismo, no buscando el respeto de los demás. De todas formas, espero ser digno de respeto, pero por otras cosas que para mí son mucho más importantes.

Considero que el Karate es un camino hacia uno mismo, y examinarse, o no, es una opción personal. Y como a mí, el tema de los grados "no me convence", pues me parece que participar de ello sería ser incoherente conmigo mismo.

Sé que para muchos mi postura puede resultar difícil de entender. También es difícil para mí tratar de comprender por qué tanta gente que practica "Karate" siguiendo "la ley del mínimo esfuerzo", luego quieren examinarse e incluso aspiran a los grados más altos. A mi "ideal romántico" también le resulta difícil entender por qué aprueban el examen.

No sé si produce algún tipo de satisfacción poder decir "Soy 3erDan" (ó 4º, 5º, 6º ó 7º...). A mí desde luego, ninguna. Por alguna razón incluso evito decir que hago Karate. Es algo, como íntimo mío, que comparto de muy buen gusto con gente afín, pero no con cualquiera que me pregunte "¿haces algún deporte?".
Para mí la satisfacción está simplemente en poder hacer lo que me gusta, en entrenar cada día, en tratar de seguir aprendiendo y mejorando, en mantener la ilusión, no perder de vista los objetivos, no olvidar lo que estás haciendo y aquello que realmente importa: disfrutar del Karate.
Y no necesito diplomas para eso.

Por otro lado, dado que el primer dan (shodan) es el principio, y un karateka debe ser "el eterno aprendiz", mantenerte en ese grado te ayuda a no perder de vista "el espíritu y humildad del principiante" (shoshin o wasurezu), y poder dejar realmente de lado 'cualidades' menos deseables como son el ego, la vanidad, y el orgullo, y a no perder la perspectiva y caer en el error de pensar que ya sabes algo (o puede que incluso todo) sólo por tener un rango más elevado.

No estoy en contra de los grados. Tampoco a favor. Sencillamente, a mí personalmente no me pueden aportar nada en mi práctica.

Los grados son absolutamente innecesarios, y prueba de ello es que ni siquiera existían en el Karate hasta tiempos relativamente recientes, y aquellos que ya practicaban mucho antes de que aparecieran, no los echaban de menos. ¿Qué grado tenía Matsumura, Azato o Itosu?? Ellos, y muchos otros, entrenaron todas sus vidas sin necesidad de tener un grado, ni siquiera un karategi. No había entonces distracción ni elementos externos, ni adornos ni decoración, sólo entrenamiento. Estaba claro qué era el Karate, y por qué y para qué se entrenaba.
Ahora, en cambio, no está muy claro si el Karate es arte marcial, sólo arte, defensa personal, deporte, actividad física, pasatiempos, profesión, negocio, todo ello combinado... Y muchas veces se presta más atención a toda la parafernalia, como son grados, competiciones, karategis, etc., que a lo que constituye la esencia de todo ello: el Karate.

"Bueno, pero que antes no hubiera grados, etc., no significa que esté mal que ahora los haya..." Por supuesto que no, pero porque ahora los haya tampoco significa que sean imprescindibles. También existen las carreras universitarias, por ejemplo, y no todo el mundo tiene porqué sacarse una.

Además, es que los grados sirven para "muy poco" (por no decir nada)... A los organismos que los conceden les aportan beneficios económicos, eso desde luego, pero a los examinandos... Un título universitario está reconocido, avala una formación, y sirve para encontrar un empleo, pero un título de cualquier grado en Karate, no dice nada, ni siquiera dentro del Karate, y menos cuando no sabes bajo qué criterios se ha otorgado, ni si lo ha concedido la Federación Española, la Japonesa, algún maestro de Okinawa, o el "encantador de serpientes" de turno (de los que tantos hay en las artes marciales).
"No, pero los grados de la FEK son 'oficiales'..." Vale, sin embargo, ¿de qué te sirven si te vas a entrenar a otro país o en otro estilo al margen de la FEK???, ¿qué valor tienen si te vas, por ejemplo, a entrenar al honbu dojo de la JKA en Tokyo, o a Okinawa a hacer Goju-Ryu con Higaonna o Uechi-Ryu con Shinjo??? (O a cualquier otro país y con cualquier otro maestro/organización de cualquier estilo)
Los grados no son universales, tu nivel en Karate, que es lo que importa, sí. El nivel es el mismo en España, en Okinawa, o allá donde tengas que ir a demostrar, no cuántos diplomas tienes enmarcados en casa, sino cuánto sabes y qué puedes hacer sobre el tatami.

Yo por mi parte, ahora que, como dice un muy buen amigo mío, hago "Karate clandestino", los grados tienen incluso menos importancia si cabe. Hago Karate para mí mismo, y en mi Karate lo único que importa es: entrenar y estudiar para conseguir habilidad y conocimiento. Eso es lo que quiero para mí, y lo que busco en los demás.

« El sistema de grados es una buena idea... pero se les confiere un valor tan enorme, que si no tienes cuidado, la obtención del grado se convierte en el objetivo, no aprender el Karate. »

Víctor López Bondía

sábado, 18 de diciembre de 2010

Estilos de Karate

Charles Goodin escribió recientemente en su blog unas entradas muy interesantes sobre los estilos de Karate. Estas entradas han sido traducidas de inmediato al castellano por parte de los compañeros de IOGKFMadrid, a los que me gustaría felicitar y agradecer desde aquí por su desinteresado trabajo, en especial a mi amigo Juanlu.

Las entradas en cuestión:


Víctor López Bondía

martes, 14 de diciembre de 2010

La importancia del bunkai

En mi web ya existe una extensa sección sobre "bunkai" (que sigo y seguiré ampliando), y he traducido algún artículo de Patrick McCarthy, Harry Cook, y muchos de Iain Abernethy sobre el tema, así que intentaré no extenderme aquí para explicar lo mismo.

Sin embargo, sí me gustaría seguir compartiendo algunas reflexiones sobre kata y bunkai (aplicación)...

¿Por qué es importante el bunkai?

Debería ser más que evidente: es lo que da sentido al kata, y por tanto, al Karate.

Efectivamente, se podría decir entonces, sin miedo, alto y claro, que el kata sin bunkai (aplicación) no tiene sentido.

El kata sin bunkai es sólo kihon, un conjunto de técnicas encadenadas sin demasiada lógica, que solamente sirve para ejercitar el cuerpo en la técnica básica. Es una secuencia de movimientos, como podría ser cualquier otra, así que, en realidad, se podría descartar el kata y entrenar únicamente kihon... es lo mismo, y el resultado sería el mismo.

El kata sin bunkai puede ser buena gimnasia, pero sólo como ejercicio, el Karate no tiene nada de "especial", ya que no es muy diferente de la danza, el aerobic, o la propia gimnasia. Y la verdad, desde el punto de vista de la mera actividad física, seguramente estas otras actividades serían más recomendables, ya que ofrecen los mismos beneficios para el cuerpo, y menos desventajas, ya que los movimientos son mucho más libres y fluidos, sin estar forzados a ajustarse a la (actualmente rígida) técnica de Karate. Y por cierto, la rigidez y/o falta de fluidez que se aprecia frecuentemente en los katas, entre otras cosas, también se debe al haber apartado el kata de la realidad del combate.

"La gracia" de los katas está, se supone que está, o debería estar, en que los movimientos se supone que tienen significado, un significado directamente vinculado a la defensa personal. Y hago hincapié en "se supone" porque es "evidente" que ese significado se desconoce y está ausente en la mayor parte de la enseñanza y la práctica actual.

¿Es lógico pasarse años y años practicando técnicas sin llegar a saber nunca para qué sirven? No parece tener mucha lógica, no, porque eso significa que el Karate se ha convertido en una "cuestión de fe"... Pues efectivamente, así es: se practican las técnicas, los katas, o bien sin conocer su significado, o bien creyendo que se conoce, pero en cualquier caso, sin probar las técnicas ni preguntarse si verdaderamente se podrían utilizar de esa manera.

La "mente del principiante" a menudo pregunta: "¿esto qué es?", "¿esto para que sirve?", "y entonces, ¿qué harías?", "¿y si... ?", pero pronto se conforma con las respuestas de los que "saben más", se "convierte a la fe", queda "domesticado", es feliz simplemente siguiendo a la manada, y a partir de cierto punto ya no siente la necesidad de preguntar nada...

"Shoshin o wasurezu": ¡Nunca olvides el espíritu del principiante!; "En la mente del principiante hay muchas posibilidades, en la mente del experto, pocas". Un Maestro es sencillamente "el eterno estudiante/alumno", con esa mentalidad, siempre se puede seguir progresando. Si te crees que ya lo sabes, difícilmente tendrás la mente abierta a otras posibilidades. "Muchos habrían podido llegar a la sabiduría si no se hubieran creído ya suficientemente sabios" (Juan Luís Vives).

¿Realmente sirven las técnicas de Karate?, las técnicas del kata, ¿valen para la calle?

Hombre... pues... ¡Claro que sirven!
Y si no sirven, DEBERÍAN!! Al fin y al cabo, para eso, ni más ni menos, fueron concebidas. Si parece que no sirven, es obvio que "algo está fallando".

Pero si no hay bunkai, "análisis", no se conoce el significado; si no se conoce el significado, no se puede practicar la aplicación; y si no se practica la aplicación, no se podrá utilizar la técnica. Así de simple.

El kata NO es suficiente. El kata es lo más importante porque te da las técnicas, y sin técnicas, ni hay aplicación ni hay nada. Pero pasarse la vida practicando las técnicas "al aire" no es suficiente. Es como estar años pronunciando palabras sueltas de otro idioma, sin conocer el significado de lo que estás diciendo, como un loro... Eso no es forma de estudiar ni de aprender un idioma, podrías pasarte 30, 60, 90 años así... jamás podrías llegar a mantener una conversación en ese idioma. Pues en Karate pasa exactamente lo mismo: puedes pasar años como un autómata ejecutando infinitas repeticiones de un kata, pero no podrías utilizar con éxito esas técnicas en una situación real de violencia si surgiera la necesidad, porque no estás preparado para ello, ni siquiera sabes para qué sirven (ni para qué no sirven!) los movimientos que tantas veces has repetido al fino aire.

Cada cual es libre (o debería ser libre) de hacer y buscar el Karate que quiera (o de no buscar nada, claro), pero los profesores tienen una responsabilidad hacia sus alumnos, y aquellos que no puedan o no vean necesario estudiar y enseñar bunkai, deberían al menos dejar claro qué tipo de Karate están enseñando (si es que ellos mismos lo saben). Porque el tipo de "aplicaciones inaplicables", absolutamente irrealistas y fantasiosas, que se están enseñando y "vendiendo" como válidas en muchos ámbitos del Karate actual, podrían poner en serio peligro al (ingenuo) practicante que llegado el momento pudiera verse obligado a intentar utilizarlas de verdad.

"Afortunadamente", todo el mundo parece tener claro que ese tipo de "aplicaciones de cuento de hadas" sólo sirven en entornos "de ficción" absolutamente controlados: gimnasio y exhibiciones (competiciones y exámenes de grado inclusive, por descontado). Sólo "sirven" si te ataca un compañero, desde 2m de distancia, con un "perfecto" oi-zuki o mae-geri, sin intención de dar, y "por supuesto" sabiendo tú lo que te viene...

Muchas personas abandonan la práctica de artes marciales como el Karate al no verlo realista ni efectivo, y en cierto modo, puede que no les falte razón, porque en muchos sectores el Karate está "castrado", y ciertamente no se está enfocando a la defensa personal. La verdad es que me merece más respeto una persona que abandona el Karate porque no ve sus expectativas cumplidas, que una que por el contrario sigue en el mismo aferrándose ciegamente a su "fe", y sin expectativas.

Desde luego, "el arte está para las personas, no las personas para el arte". Podemos hacer del Karate lo que queramos, SÍ, y podemos perfectamente elegir un Karate en el que sencillamente la defensa personal ocupa un lugar de escasa o incluso nula relevancia. No hay absolutamente ningún problema. Pero entonces, admitamos claramente lo que estamos haciendo: gimnasia, deporte, pasatiempos, o lo que sea, y dejemos de confundir, no sólo a los demás sino a nosotros mismos, queriendo utilizar palabras como "tradicional", y haciendo ver que de algún modo estamos siguiendo los pasos de los "maestros del pasado", a los que supuestamente veneramos, pero a cuyas enseñanzas en realidad no hacemos ni caso, porque ni las conocemos realmente.

Es cierto que en la "era moderna del Karate", el bunkai no siempre se ha transmitido junto al kata, como habría sido deseable, pero por suerte, ahora cada vez tenemos más información, además de la capacidad de pensar por nosotros mismos (algo a lo que no deberíamos renunciar). Si se busca, al final se encuentra.

Salir de la "zona de confort" es difícil por definición, pero en mi opinión, más difícil es intentar mantener posturas que no se sostienen sobre conocimiento, argumentos, y lógica. Y por supuesto, tampoco es solución de nada.

Víctor López Bondía

martes, 30 de noviembre de 2010

150.000 visitas


Mi página, shotokankaratedo.es, tiene ya 4 años. Empecé a crearla a finales de 2006, septiembre/octubre, y publiqué la primera versión pocas semanas después, en noviembre.

Desconocida en sus inicios, cuando puse el contador de visitas en 2008, con ya más de un año de existencia, pocos días llegaba a tener 30 visitas. Poco a poco fue creciendo, y el pasado mes de junio de 2010, tras 2 años de contador, se alcanzaron las 100.000 visitas.
Ahora, tan solo 6 meses después, el contador ya marca 150.000, así que, de seguir así, es muy probable que las siguientes 100.000 visitas se consigan en tan solo un año.


Lo habitual en estos momentos es tener alrededor de 300 visitas diarias:


Y la mayoría de los visitantes suelen pertenecer, lógicamente, a las zonas hispanohablantes del globo:


Recientemente he realizado también algunos cambios en el diseño. Pequeños, pero que creo que mejoran un poco más el aspecto de la página.

Estoy contento con el progresivo crecimiento de la página, y creo que ya tiene cierto peso dentro de su ámbito: la información de Karate on-line en castellano.
Espero que siga creciendo y resultando útil e interesante a todos aquellos que cada día llegan hasta ella demostrando un sincero interés en el Karate.

Víctor López Bondía

domingo, 14 de noviembre de 2010

Makiwara (y IV)


Después de muchos reajustes, conseguí el makiwara "perfecto". Un makiwara bien fijado al pilar, y resistente, pero flexible, justo lo que necesitaba:


Entradas anteriores sobre su construcción:

Empecé a utilizarlo con entusiasmo, muy contento con el entrenamiento, pero mi felicidad duró poco...

El ruido del makiwara no pasó desapercibido para los vecinos, que no tardaron en transmitir su descontento al respecto.
No dejaba de ser curioso, porque el sonido del makiwara en el interior de la habitación era mínimo, mucho más discreto que el del saco, por ejemplo, y sin embargo, al parecer llegaba muy ampliado a oídos de los vecinos.

Para solucionar el problema, intenté aumentar la amortiguación general: aumenté el espesor de la goma (cubierta por un trozo de tela) que sirve de superficie de golpeo; coloqué también goma entre las dos tablas, de forma escalonada, consiguiendo a su vez la deseable ligera inclinación del makiwara hacia delante; y finalmente incluso coloqué un trozo de "corcho antivibración" entre la base del makiwara y el pilar...

Lamentablemente, no sirvió de nada. Por alguna razón, cada golpe sobre el makiwara, inapreciable desde la habitación de al lado, suena como un martillazo desde otras alturas del edificio, y desde la casa de al lado.

Así que, finalmente tengo un makiwara, que es perfecto para su función (entrenar el tsuki), pero que desgraciadamente de poco me sirve porque no lo puedo utilizar sin molestar a los vecinos.

Como el trabajo de makiwara es imprescindible, debía seguir buscando una solución. Así que pensé en construir otro tipo de makiwara, con la esperanza de no encontrar el problema del ruido en otros diseños alternativos con otro tipo de fijación y/o sistema de amortiguación.

Entonces pensé en el "makiwara de neumático", más fácil de construir y de colocar:




Sólo tuve que agenciarme un neumático; cortar la madera que me había sobrado del makiwara anterior; fijarla al neumático taladrando un par de agujeros y colocando un par de bridas; y hacer una nueva superficie de golpeo, exactamente igual que la otra, con goma cubierta por un trozo de tela.
Después colocarle una arandela al neumático, y colgarlo con cuerda de la barra que sostiene también el saco, a la altura deseada, y contra la pared.


No es un makiwara tan conveniente como el otro, porque es menos flexible. El neumático (al menos el que yo he utilizado) es grueso y fuerte, y no cede demasiado, así que este makiwara de neumático ofrece más resistencia contra los golpes, en principio, demasiada resistencia.

De todas formas, en mi caso, el objetivo de este makiwara era que fuera menos ruidoso que el otro, y según me cuentan, no lo es, así que: otro makiwara que de momento no puedo usar...

Menos mal que tengo el saco!!...
Pero no es lo mismo, ambas cosas son necesarias. :-(

Necesito comprarme un solar o una planta baja donde constuirme un buen dojo, en condiciones, y sin vecinos.

Víctor López Bondía

sábado, 7 de agosto de 2010

Mi primer makiwara (y III)

[ Esta entrada es la continuación de las entradas anteriores: "Mi primer makiwara (I)" y "Mi primer makiwara (II)" ]

Esta vez he podido realizar los "últimos ajustes" necesarios sin tardar meses...

Tenía una tabla de repuesto de la que he sacado una pieza para separar más la tabla de la pared, así que en cuanto he conseguido tornillos más largos para unir las dos tablas a la fijación de la pared, sólo ha sido cuestión de taladrar 4 agujeros más y serrar la tabla para extraer la pieza...





He colocado 2 arandelas entre las tablas sólo en los 2 tornillos superiores, para conseguir la inclinación hacia delante...



Y ya está:



Ahora sólo queda ver cómo se comporta ante los golpes, pero las primeras pruebas han sido satisfactorias. Ahora la tabla está más separada de la pared, y ya no llega a tocar la pared al ser golpeada. Parece lo suficientemente flexible, y a su vez también proporciona la resistencia necesaria para que el trabajo sea útil.

Víctor López Bondía

jueves, 29 de julio de 2010

Mi primer makiwara (y II)


Tras el primer fracaso hace unos meses, he ido corrigiendo poco a poco defectos del "diseño" original hasta conseguir montar mi makiwara...


Básicamente las correcciones necesarias han sido:

- Ampliar el anclaje de hierro que fija la tabla de madera a la pared. Inicialmente era muy pequeño. Ahora su superficie es tres veces mayor.

- Cambiar tornillos normales por los llamados "tacos de expansión", y aumentar su número. Inicialmente pretendía anclar el makiwara a la pared con 4 tornillos normales... qué ingenuo... Ahora he utilizado tacos de expansión. Y no 4, sino 8!!



Parece que esta vez ha funcionado, y la fijación está bien anclada a la pared. Aunque no fue fácil, para hacer los agujeros necesité pedir prestada una buena taladradora, ya que la que tenía no pudo contra el pilar cuando llegó la hora de intentar hacer más agujeros, y más profundos para los nuevos tacos.



Tenía miedo de que la madera no fuese adecuada (demasiado rígida), pero parece que no. Una vez puesta parece bastante flexible, y de hecho me va a tocar hacer algún ajuste más, porque de lo contrario llega a tocar la pared al ser golpeada.

Además, la tabla ha quedado ligeramente inclinada hacia detrás, justo al contrario de lo que sería deseable, así que todavía habrá que inventar algo para 1) separar un poco más de la pared y 2) conseguir la inclinación hacia delante en lugar de hacia atrás.



Como superficie de golpeo he utilizado los mismos trozos de esterilla de la otra vez, fijados con 2 bridas, aunque envueltos en un trozo de tela para proteger la piel de los nudillos.
Parece demasiado grueso, probablemente lo reduzca o busque otro sistema según vaya experimentando. Ya veremos.

Gracias a todos los compañeros que me han ayudado con sus consejos. :-)

Víctor López Bondía

lunes, 28 de junio de 2010

Hojo Undo


The Art of Hojo Undo

Acabo de terminar de leer el reciente libro de Mike Clarke sobre Hojo Undo. También he completado una nueva sección en mi web sobre este importante aspecto del Karate, lamentablemente tan descuidado en los tiempos que corren por algunos sectores...

Es "curioso" que en Shotokan, y en el Karate moderno en general, prácticamente no se sepa ni lo que es, cuando sigue siendo parte fundamental de otros estilos, como Goju-Ryu o Uechi-Ryu. Encontramos aquí una de las más claras diferencias entre el Karate moderno y el Karate verdaderamente tradicional.

Mi makiage-kigu

Para mí el hojo undo está siendo todo un "descubrimiento". Llevo años utilizando el makiage kigu, pero sin saber que estaba tan vinculado a la tradición del Karate. También tengo el makiwara en proyecto desde hace meses (con un poco de suerte estará listo en breve), y me compré hace poco un enorme saco (TB1800 en Decathlon). Con 2 discos de 2Kg y un palo de madera de 0.5m he construido también un excelente chi-ishi.

Mi chi-ishi

Todo entrenamiento que mejore nuestras condiciones físicas es bueno para nuestro Karate, así que "todo" es hojo undo: flexiones, abdominales, correr, nadar, pesas... pero "lo bueno" del hojo undo propiamente dicho es que está directamente enfocado a mejorar las técnicas de Karate. Es un entrenamiento complementario específico para Karate.

También es fundamental el entrenamiento de impacto... tan fundamental como revelador... No hace falta demasiado tiempo tratando de golpear un objetivo real con intención para que uno se dé cuenta de si realmente sabe/puede golpear... o no. Para mí personalmente se hace evidente lo superficial y engañoso que es el "Karate al fino aire" (Karate en el que 'sorprendentemente' nunca se entra en contacto con nada). Hay toda una serie de "teorías" relacionadas con la potencia: giros sobre el talón, utilización de la cadera, respiración, hikite, "kime"... Teorías que rara vez se ponen a prueba realmente golpeando a algo , y que sólo se juzgan en base al aspecto externo de la técnica, y el "sonido" que uno es capaz de generar con el karategi. Al colocarse delante de un saco o un makiwara, todo lo superficial se desvanece. Cuando empiezas a golpear cosas, te das cuenta de que golpear al aire no es un entrenamiento completo, y "ya no tiene tanta gracia". Pero como dijo Funakoshi, "si entrenas por gimnasia no necesitas golpear el makiwara ni una sola vez".

Mi saco

Es curioso hasta que punto se entrena bajo la ilusión de que la técnica, o mejor dicho, la forma, lo es todo. Tener "buena técnica" (una técnica/forma bonita de acuerdo a los estándares y criterios imperantes) se considera sinónimo de técnica efectiva que indudablemente podría ser utilizada sin problemas en cualquier momento... a mí por lo menos esto ya me suena a utopía, pero desde el punto de vista del "Karate" moderno, esa es la idea: si tienes una buena técnica, no hace falta probarla ni practicar su aplicación o entrenar su uso, el aspecto es suficiente... no es de extrañar que con esta mentalidad, dos de los tres pilares básicos del Karate tradicional, como son bunkai y hojo undo, hayan sido derruidos.
Así, toda la atención se vuelca en el kata, que si bien es cierto es el "corazón" del Karate, al igual que en biología, aunque vital, no está pensado para cubrir y ejercer todas las funciones. El kata es lo que es, y no es lo que no es. Y no es una herramienta para generar potencia, para eso está (o estaba) el hojo undo.

Como dijo Itosu: "debes decidir si te interesa el Karate como gimnasia o por su valor como sistema de autodefensa". Si decidimos hacer Karate como el arte marcial que nos enorgullecemos de decir que es, el entrenamiento de hojo undo es no sólo importante sino necesario e ineludible.

Víctor López Bondía

lunes, 14 de junio de 2010

Curso Patrick McCarthy (2010)


Este pasado fin de semana del 12 y 13 de junio de 2010 asistí por primera vez a un curso con Patrick McCarthy, en Madrid...

Como suele decirse, "Patrick McCarthy no necesita presentación", pero si tuviera que explicarle a alguien quién es, creo que sin entrar en detalle, una descripción como "es probablemente el occidental que más sabe de Karate en todo el mundo" se ajustaría bastante a la realidad.


El curso ha estado muy bien, claro, como era de esperar. El ambiente fantástico y el contenido muy productivo y esclarecedor. Uno de los cursos más provechosos a los que he asistido, ojalá todos fueran así. Una experiencia totalmente recomendable y digna de repetir.

Centrado en aplicaciones prácticas de los kata ("bunkai" (análisis) + "oyo" (aplicación)), el trabajo del curso proporcionaba, con claridad meridiana, respuestas y confirmación a muchas de las preguntas y conclusiones con las que he trabajado en mi estudio y entrenamiento personal de los últimos años.

He podido ver, casi por primera vez, exactamente el tipo de aplicaciones que ando buscando desde hace tiempo: aplicaciones funcionales, efectivas, sensatas, y que se ajustan con total exactitud a las secuencias de movimientos que encontramos en los kata (como cabría esperar, ya que 'se supone' que lo que estamos haciendo tiene sentido, aunque muchas veces ni lo conocemos, ni se lo buscamos, ni se lo encontramos, claro).
Al ver el kata aplicado de esa manera, todas las piezas del puzle se colocan rápidamente en su sitio, y es todo tan "simple" (no fácil, sino natural, lógico) y evidente, que parece mentira no haberlo visto desde el principio.
Aunque se sabe que cada técnica puede tener múltiples aplicaciones, adaptables a las situación, las aplicaciones concretas propuestas por McCarthy en cada momento, tenían tanto sentido, y sobre todo "encajaban" tan perfectamente, que era casi imposible no pensar: "es 'evidente' que el creador del kata ideó la secuencia con exactamente esa misma aplicación en mente".
Y quedaba muy claro que todo está ahí por algo. Posiciones, desplazamientos... TODO en el kata está por una razón, y ésta no es otra que ser útil y directamente aplicable al combate real, por muy difícil que resulte de ver desde el punto de vista del Karate moderno.

- "El Karate es un sistema de autodefensa, con las manos vacías, de uno contra uno, y contra 'violencia doméstica' (Actos Habituales de Violencia Física (HAPV)). No está hecho para el campo de batalla, ni para la arena (ring/cuadrilátero), ni para pelear contra armas."

Esta breve pero clara explicación pone en evidencia algunas de las asunciones y malentendidos que encontramos frecuentemente:

1) En el kata no nos defendemos de varios adversarios, sino de uno solo en cada momento.
Como dijo Mabuni, pensar (como es habitual hoy) que cada dirección del kata se corresponde con un nuevo adversario, es un error.

2) Las técnicas fueron ideadas para contrarrestar ataques comunes (HAPV), ataques reales, no ataques de Karate.
Muchos de los "bunkais" que vemos actualmente son, desde forzados e irreales, hasta absurdos, porque se pretende aplicar las técnicas contra ataques y situaciones para las que no fueron diseñadas.

3) El Karate es para la calle, no se ideó para la guerra, ni para pelear contra armas, ni para el combate de prueba de habilidad sujeto a reglas.
En este momento me vienen a la cabeza teorías muy extendidas como "nukite servía para atravesar las armaduras de los samurai"; "las patadas en salto eran para derribar a un jinete de su caballo" (¿cuántas patadas en salto hay en los katas originales?); "el kata X contiene defensas contra espada, bo, etc."...

- "Las aplicaciones de los katas funcionan contra 2 tipos de ataques: impactos y agarres, que se desarrollan en distancia muy corta".
Lógico, ¿verdad?... ¿Por qué entonces la inmensa mayoría de "bunkai" de Karate que vemos habitualmente parten del atacante embistiendo a "1km" de distancia con un perfecto oi-zuki o kizami-zuki?

Se mostraron aplicaciones de secuencias y técnicas contenidas en los katas Gojushiho, Naihanchi, Kushanku, Sepai, Suparinpei, Hangetsu, Jion, Gankaku, Enpi... y otros ejercicios interesantes, siempre por parejas, como trabajo de suelo, uke-waza, o "la telaraña de Matsumura".

- "Hoy en día hay muchos estilos. Hace 50 años había pocos estilos. Hace 100 años no había ningún estilo!"

Viendo el trabajo de McCarthy se entiende inmediatamente por qué "en Karate no hay estilos" y que, como decía Mabuni, lo que la gente llama estilos no son más que variantes de los mismos conceptos y principios, variantes que sólo son un reflejo de las distintas "preferencias" de los maestros, como explicó McCarthy.
¿Y él qué estilo practica? Pues todos en general, y ninguno en particular. Hace KARATE, demostrando que lo entiende profundamente y que tiene conocimiento más que suficiente de todos los estilos, y que si los objetivos son comunes, todos ellos convergen a lo mismo, como cabría esperar.
La aproximación de Patrick McCarthy al Karate se llama "Koryu Uchinadi" (古流沖縄手), una expresión que puede resultar extraña para quien no la conozca, pero que simplemente significa "Estilo antiguo de Okinawa-Te", es decir, "Estilo antiguo de Karate de Okinawa", y no es más que una vuelta al Karate original, al Karate de Okinawa.

- "En Karate no hay secretos. El único secreto es entrenar duro, cualquier estilo."


- "Tenemos el Karate, tenemos todo lo que necesitamos, no necesitamos ir a buscar a ningún otro sitio, sólo profundizar en los katas."

Muchas personas se dejan el Karate, al no verlo efectivo, en favor de deportes de contacto u otras disciplinas "más efectivas" o "realistas"; otras personas se pasan años haciendo un Karate que dice ser efectivo, pero que en realidad no lo es. Si el Karate se entendiera, se enseñara y aprendiera correctamente, ninguno de los dos casos anteriores sería habitual.

El enfoque de McCarthy proporciona la clave para entender lo que has estado haciendo hasta ese momento, y considero que el Karate actual ganaría muchísimo si se empezara a enfocar el bunkai de esa manera, que al fin y al cabo así es como se desarrolló el Karate. Por ello, una vez más me reitero en mi opinión de que el futuro del Karate pasa por una vuelta a sus orígenes. No es casualidad que uno de los lemas de Koryu Uchinadi sea "un vínculo al pasado bien puede ser el puente hacia el futuro".

El curso parece que fue todo un éxito: 150 asistentes (aforo completo). Por supuesto, hay que dar las gracias a las personas que han organizado el curso y están trabajando por promover el Koryu Uchinadi en España. Y considero que también hay que destacar la labor de la Federación Madrileña de Karate. Apoyando un curso de estas características (que incluso era gratuito para sus federados!!), una federación deportiva demuestra que, además de ser abierta de mente, tiene interés y trabaja en favor del Karate, y no sólo de la faceta deportiva del mismo, que suele ser lo habitual.

EDITO: Entrevista

Víctor López Bondía

sábado, 5 de junio de 2010

100.000 visitas


Mi web (http://shotokankaratedo.es) sigue creciendo, tanto en contenido como en popularidad. Ayer alcanzó las 100.000 visitas, y ya es poco frecuente no superar las 200 visitas diarias.

Siempre es agradable comprobar que hay seguimiento e interés por parte de otros entusiastas, así el trabajo tiene sentido.

Actualmente estoy leyendo el libro de Mike Clarke sobre Hojo Undo, y la próxima novedad será una sección en la web sobre el tema.

Sigo trabajando. El trabajo está lejos de haber terminado.

Víctor López Bondía


sábado, 13 de marzo de 2010

Cómo me gustaría enfocar "mi Shotokan"

Como he comentado anteriormente, mi práctica y estudio personal del Shotokan me han conducido a mi situación actual, en la que no me siento completamente satisfecho con el "estilo", tal y como se enseña y practica actualmente. Veo serias deficiencias que considero se deberían corregir (por descontado, dependiendo de los objetivos con los que se afronte la práctica).

Lamentablemente, en el ámbito del Shotokan solemos encontrarnos, por lo general, con practicantes e instructores que no muestran una actitud o mentalidad muy abierta, lo cual no contribuye en absoluto a poder mejorar y evolucionar.

<< En mi opinión todos los estilos tienen el potencial de cubrir todo si exploraran los katas de una manera abierta, pero el entrenamiento es a menudo tan rígido por las presuntas tradiciones y costumbres que esto es frustrado por aquellos instructores que piensan que simplemente inculcar lo que ellos aprendieron es realmente enseñar.
Estilos, sistemas, métodos, etc., etc., etc., son simplemente medios para un fin, no un fin en sí mismos. Una vez que la necesidad de ser ortodoxo es más importante que ser efectivo, el estilo está muerto; un cadáver conservado incapaz de responder a lo que es.
>>
Harry Cook

Muchos son los que se enorgullecen de decir que hacen "Shotokan Tradicional", pero me temo que muy pocos saben lo que eso significa. No puedo evitar darme cuenta de hasta qué punto se mezclan los conceptos y se confunden las cosas...

El "Shotokan Tradicional" NO EXISTE, el Shotokan NO es tradicional.

Pero ciertamente se podría empezar a enfocar el Shotokan desde el punto de vista tradicional, y eso es lo que a mí me gustaría hacer en mi Shotokan/Karate particular.


« Como primero Gichin Funakoshi, y posteriormente la JKA, hicieron hincapié en que el Shotokan no es un "estilo" en el sentido tradicional, no hay ninguna razón por la cual no se deberían introducir mejoras, y si las técnicas y los métodos tienen que ser modificados para implementar esas mejoras, entonces eso debería fomentarse. Las afirmaciones de "tradición" y "preservar el estilo" no tienen lugar en un método que ha insistido desde el principio en que no es un "estilo". »
Harry Cook


¿Cómo exactamente me gustaría enfocar mi Shotokan/mi Karate? Pues de la siguiente manera:



1) Escaso o incluso nulo kihon

El kihon sirve para ejercitarse en las técnicas aisladas y perfeccionar la forma de la técnica base.

La técnica se puede trabajar en el kata, donde además está dentro de un contexto, así que el kihon no es tan necesario como nos hacen creer sino un trabajo más bien redundante (y de hecho no parece ser uno de los elementos fundamentales del Karate tradicional de Okinawa). Creo que el kihon probablemente se introdujo ya en Japón, ya que es un claro reflejo de los métodos japoneses, obsesionados con la forma y alcanzar la "perfección" a través de infinitas repeticiones de cada aspecto de un arte reducido a su mínima expresión. El kihon también es apropiado para instruir a grupos numerosos de alumnos. El enfoque okinawense es más práctico y funcional.

En Karate no hay nada fácil, y "básico" significa "fundamental" e "importante". Por supuesto que nunca hay que dejar de entrenar gedan-barai y oi-zuki, pero "entrenar como un principiante te mantendrá en el nivel de un principiante" (H. Cook).
No podemos estar toda la vida entrenando de la misma manera. No es razonable que un 5ºDan entrene igual que un cinturón blanco.



2) Kata: el ADN del sistema

Los Maestros del pasado aprendieron y enseñaron utilizando la misma herramienta fundamental: el kata. El kata es el núcleo del Karate porque contiene toda la información, todas las técnicas del sistema.

Si el kata se reduce a únicamente una simple coreografía o tabla gimnástica, como pasa actualmente, yo eso lo critico. Ahora, el entrenamiento de kata es un excelente ejercicio físico, que además me encanta, así que me gustaría que en mi Karate el kata, además de cumplir su función primaria, continuara siendo un método de entrenamiento físico valioso y saludable, pero que por descontado no quedara reducido a únicamente eso.

También considero absolutamente primordial "añadir conocimiento y comprensión al kata". Deberíamos conocer el significado y aplicación de todas y cada una de las acciones que realizamos en cada kata. "Entrenar sin comprender es en vano". No puede ser que nos pasemos años entrenando movimientos que no sabemos para qué sirven y que por tanto jamás podremos utilizar, a no ser que tengamos claro que sólo estamos haciendo gimnasia. Y practicar los katas durante años como autómatas no nos conducirá a llegar a comprenderlos. Yo quiero que mi práctica de kata tenga todo el sentido posible. "Karate es kata, y kata es Karate". Si el kata tiene sentido, el Karate tiene sentido; si el kata no tiene sentido, el Karate no tiene sentido.

Por otro lado, han llegado hasta nosotros (y continúan surgiendo) teorías, reglas, manías y costumbres que son absurdas. Deberíamos identificarlas, y descartarlas sin vacilación.
Por ejemplo: acabar el kata en el mismo punto en el que se empieza; un determinado ritmo para el kata, que normalmente viene impuesto por la competición; juzgar el kata únicamente en base a criterios puramente estéticos y superficiales; "imponer" que todo el mundo realice los katas exactamente de la misma manera, independientemente de la condición y características de cada uno; o los ridículos "saltitos" del final de Chinte como ejemplo concreto.

Descartemos lo que no tiene sentido, y adoptemos lo que sí que lo tiene. Si la forma original de un kata tenía más sentido que la versión actual que ha llegado hasta nosotros, recuperémosla o al menos conozcámosla y estudiémosla para comprender mejor nuestros katas.
A la versión Shotokan de Jiin le faltan 4 movimientos... Añadámoslos!!. La versión original de Nijushiho no tiene yoko-geris... Preguntémonos y tratemos de entender por qué.



3) Kumite basado en las técnicas del kata (bunkai)

El kumite que hacemos normalmente, con las guantillas y tal, es un pseudo-combate de competición que como todo, tiene sus beneficios, pero también sus inconvenientes.
Por un lado, este tipo de combate es muy dinámico, se aprende a "entrar y salir" rápidamente desde distancia larga, y se puede trabajar con bastante libertad gracias a la seguridad que proporcionan las protecciones. También es un buen ejercicio y se desarrolla fondo físico, aunque en el entrenamiento de combate, como en el de kata, por descontado se deberían buscar otras cosas, ya que para simplemente ganar fondo físico seguramente sería mejor ir a correr, nadar, o saltar a la comba.

El principal problema que yo le veo a este tipo de combate es que es una esgrima de puños y piernas a marcar, en la que sólo se utilizan las técnicas válidas en competición y de la misma forma en la que se usan en competición, y eso, aunque también podría ser útil en un momento dado, no se corresponde con la realidad del combate, y por tanto no está enfocado a prepararnos para el mismo. Además, ya lo dijo el Maestro Funakoshi: "El combate no existe separado del kata"... Si nos paramos a pensar un solo segundo sobre esto, no deberíamos tardar en darnos cuenta de la poca relación que existe actualmente entre kata y kumite, lo cual es una clara evidencia de que "algo falla". ¿Tiene sentido que las técnicas que tanto hacemos en nuestro entrenamiento de kihon y kata no se utilicen en el combate? Si no se utilizan, será porque no sirven... Si sirven, utilicémoslas; y si no sirven, ¿para qué las hacemos?...

Claro que las técnicas sirven, pero sirven para el combate real, que es para lo que fueron diseñadas, no para el combate deportivo. Para el combate deportivo sirven las técnicas de combate deportivo, y por eso, esas son las que utilizamos cuando hacemos combate.

A mí lo que me gustaría hacer es combate basado en kata, es decir, combate orientado a utilizar/aplicar las técnicas de los katas.



4) Bunkai

Llamamos "bunkai" a la aplicación de las técnicas de los katas. Como ya he dicho, deberíamos conocer el significado y aplicación de cada una de las técnicas que realizamos, de lo contrario estamos haciendo movimientos que no entendemos y que por tanto difícilmente podremos utilizar en caso de emergencia.
Lamentablemente, en Shotokan hay un profundo desconocimiento de la aplicación de los katas, y resulta casi imposible encontrar a alguien que conozca y pueda enseñar correctamente bunkai.

En general, creo que hay 3 formas de enfocar el bunkai:


- Bunkai absurdo

Es el más extendido (aunque afortunadamente parece que esto está cambiando). Es el que propone la JKA, y sólo se puede describir como una tomadura de pelo fruto del desconocimiento que únicamente aporta confusión y promueve la ignorancia en el Shotokan.




- Bunkai "creativo"

Surge como alternativa al "bunkai absurdo", y como intento de darle sentido al kata que no entendemos. Hay ideas interesantes (y también extravagantes) en estos intentos de bunkai, pero el principal problema que yo le veo es que inmediatamente se asume que el kata no sólo se puede sino que se debe alterar de cualquier manera para poder aplicarlo, y que las aplicaciones, cuanto más creativas, vistosas o elaboradas, mejor.


- Bunkai sensato fiel al kata

Este tipo de bunkai, que es prácticamente imposible de encontrar en el mundo del Shotokan, es el que a mí me gustaría hacer. Las aplicaciones de las técnicas de los katas deben ser sensatas, realistas, útiles, simples y efectivas.

El kata no es rígido, nunca lo ha sido, pero una cosa es que el kata sea versátil, que lo es, y otra muy distinta que haya que alterarlo y modificarlo hasta hacerlo casi irreconocible para poder entenderlo y encontrarle sentido. Si las técnicas aparecen en los katas de una determinada manera, será por algo. Si no podemos aplicar las técnicas tal y como aparecen en los katas, yo creo que es porque no las entendemos, y creo que deberíamos hacer un esfuerzo por entenderlas antes de ir directamente a cambiarlas para poder hacerlas encajar en nuestra limitada visión del Karate.

También hay que tener en cuenta que muchos katas nos han llegado ya alterados y modificados, así que no es de extrañar que nos cueste encontrar sentido a muchos de los movimientos, ya que puede que las modificaciones a lo largo de los años hayan causado que determinados movimientos hayan perdido su sentido. Por eso puede ser extremadamente valioso intentar conocer versiones más originales de nuestros katas, comparar y, si es necesario, volver a cambiar los katas para que recuperen su sentido.
Los katas no son inmutables, se pueden y se deben cambiar para adaptarlos a nuestras características y necesidades. Siempre ha sido así, si bien es cierto que por supuesto se deberían "adaptar" con buen criterio en base al estudio y profundo conocimiento del mismo, y no de forma caprichosa e irresponsable desde el desconocimiento.


Por otro lado, no es suficiente conocer la aplicación de las técnicas. Saber para qué sirve una técnica no es sinónimo de poder utilizarla. Hay que entrenar con un compañero las aplicaciones para conocer los puntos fuertes y débiles de las técnicas, para comprobar hasta que punto funcionan o no, para experimentar con ellas, practicar su utilización, y ver de qué forma se pueden utilizar y de qué forma no. Practicar las técnicas con un compañero es tan importante o más que practicarlas al aire. Entrenar las técnicas en el fino aire no es suficiente, y no nos prepara para saber y poder utilizarlas contra un oponente. Cuando un adversario entra en juego aparecen muchos más factores importantes que no se pueden reproducir al entrenar de forma individual, y para los que también hay que estar preparado. Lo que no se entrena, no sale.

A mí me gustaría que mi Karate contara con al menos una buena aplicación (efectiva, sensata y realista) para cada técnica de cada kata; y poder practicar estas aplicaciones en un entorno seguro y controlado, por descontado, pero buscando el realismo y la efectividad.



5) Hojo Undo: entrenamiento complementario

El Hojo Undo en Shotokan no sabemos ni lo que es. No obstante, es uno de los pilares del Karate de Okinawa, y se dice que el origen del poder devastador de las técnicas del mismo.

El único elemento de hojo undo que un practicante de Shotokan "conoce" (sabe lo que es) es el makiwara, pero en el Shotokan moderno no se utiliza, y muchos se apresurarán a decir, no sin prejuicios, que es perjudicial, a pesar de no haberlo utilizado nunca (al menos correctamente). Por eso también resulta prácticamente imposible encontrar en el ámbito del Shotokan a alguien que utilice habitualmente y te pueda enseñar a utilizar correctamente el makiwara.

Además del makiwara, que es fundamental para aprender a golpear y estar preparado para hacerlo, y no un instrumento para destrozarse las manos como muchos piensan, hay muchos otros elementos tradicionales de hojo undo: chi-ishi, nigiri-game, ishi-sashi, kongoken, makiage kigu, tetsu-geta, etc. que desarrollan la fuerza y musculatura del practicante con el valor añadido de que no es sólo un trabajo de pesas. El trabajo de hojo undo potencia puntos específicos directamente relacionados con las técnicas de Karate (como por ejemplo el agarre).

Creo que el Shotokan, para ser tradicional y efectivo como arte marcial, debería recuperar el trabajo de hojo undo, y especialmente el makiwara.







6) Kitae (endurecimiento)

La máxima de uno de los maestros de nuestro "fundador", del Gran Itosu Anko, era "entrena tu cuerpo de forma que pueda resistir cualquier golpe". Tiene bastante sentido: si tu cuerpo está preparado y es "invulnerable" a los golpes, tienes poco que temer en una pelea, y no poder ser dañado con facilidad ya es tu primera y muy valiosa arma/defensa. Por supuesto esto no es fácil, y no se consigue sin sacrificio. Tampoco es posible convertir el cuerpo en acero, pero sí es lógico que si estamos entrenando para pelear, deberíamos estar preparados, o al menos mínimamente familiarizados, con la idea de recibir y propinar golpes.

En Shotokan el kitae tampoco sabemos ni lo que es. No sólo eso, sino que curiosamente en muchas ocasiones el Karate moderno tiene en general un contacto físico exageradamente limitado.

Sería un experimento interesante introducir el trabajo de kitae en las clases... El resultado por supuesto sería que las clases no tardarían en quedarse vacías. Ahí se demostraría hasta qué punto los practicantes están dispuestos, o no, a hacer Karate "tradicional".
El Karate tradicional no era un juego de niños, era un arte muy duro, para la pelea real, y no todo el mundo tenía la capacidad de sacrificio y disciplina necesaria para practicarlo. Por eso el Karate era un arte para una minoría. Que hoy en día se practique de forma masiva (algo que por supuesto no tiene nada de malo sino todo lo contrario) es otro reflejo de hasta qué punto el Karate ha cambiado con su expansión relativamente reciente. Aunque en realidad el "Karate" nunca se ha practicado de forma multitudinaria, ni antes ni ahora; es un derivado moderno del Karate lo que se practica de forma masiva en la actualidad.

Actualmente no somos guerreros, pero sigue habiendo peligro y conviene estar cuanto más preparado mejor dentro de nuestras circunstancias modernas. Yo no soy médico, así que no puedo decir si el trabajo de kitae es saludable o no. Ciertamente a mí tampoco me resulta atractiva la idea de hacer el bestia y lesionarme gratuitamente, no entreno para eso, pero la idea es que si se trabaja correctamente y con cabeza, se obtengan beneficios, y no lo contrario. Los maestros del pasado disfrutaban largas vidas, así que sería por algo...

El trabajo de kitae, que lógicamente debería empezar con moderación, creo que también es útil y necesario para el Karate, ya que deberíamos estar al menos mínimamente familiarizados con los golpes, si verdaderamente estamos entrenando para darlos y recibirlos.


***************


Evidentemente, para entrenar todo esto se requiere muuuucho tiempo, por eso es necesario entrenar al menos varias horas todos los días. "No se puede hacer por menos", no se puede hacer Karate yendo al gimnasio sólo una hora, dos o tres días a la semana. Se puede hacer ejercicio entrenando 2 ó 3 horas a la semana, Karate no.

A mí me gusta el Karate y quiero hacer Karate. Pero un Karate que tenga, en mayor o menor medida, todos los elementos descritos. Un Karate que sea saludable y efectivo.

Yo quiero hacer un Shotokan/Karate que sea equilibrado, completo, y que sobre todo tenga sentido.

Para hacer del Shotokan un estilo verdaderamente "tradicional" habría que recuperar los métodos okinawenses, y prestar atención a las enseñanzas del Maestro Funakoshi, al que todos reverenciamos saludando hacia su fotografía colgada en la pared, pero muy pocos intentan conocer, entender, y seguir sus enseñanzas.

Funakoshi Gichin, Dojo de Meisei-juku (Tokyo, ~1925)
Nótese la presencia de utensilios de Kobudo y Hojo Undo


Víctor López Bondía