Pues bien, finalmente llegó el día. Ayer 31 de diciembre de 2012, a las 7 de la tarde, subí al "dojo terraza" dispuesto a llevar a cabo el Reto Benéfico, que consistía en ejecutar el kata Suparinpei 108 veces.
Tras recitar el dojo kun, como solemos hacer antes de cada sesión de práctica, empecé a realizar el kata sin más dilación; solo, tranquilo, y envuelto en la intimidad que me proporcionaba la oscuridad de la noche.
Pensaba que estaba ejecutando a buen ritmo, y sin perder tiempo entre ejecución y ejecución del kata, pero tras completar las primeras 27 repeticiones (25% del total), miré el reloj, ¡y había pasado una hora y 45 minutos!!... Tenía que acelerar, el tiempo estimado para completar el reto eran unas 5 horas, ¡pero a ese ritmo serían 7!! Pero no era fácil, Suparinpei es un kata largo, y con muchas secuencias de movimientos lentos, cada ejecución requiere su tiempo...
Continué ejecutando, intentando no pensar en el número de repeticiones que todavía tenía por delante. "Mo ichi do" (una vez más) y el último precepto del dojo kun ("Continúa tu entrenamiento con paciencia") era lo que pasaba por mi mente antes de iniciar cada nueva ejecución del kata.
Al finalizar las siguientes 27 repeticiones, la cosa empezó a ponerse dura. No estaba excesivamente cansado, pero eran pasadas las 10 de la noche, llevaba más de 3 horas haciendo kata sin parar, ¡y todavía estaba a la mitad!!
Sin duda, el reto estaba resultando ser mucho más duro a nivel psicológico que a nivel físico. Tenía ganas de terminar, pero sabía que todavía tenía por delante muchas repeticiones. La lista de "corrupciones" que estaba utilizando para llevar la cuenta, parecía interminable...
Por otro lado, ya se empezaban a notar los efectos de tantos desplazamientos, giros, posiciones, y técnicas sobre el mismo lado del cuerpo: Los balones del pie advertían que se estaban generando ampollas; empezaba a tener las rodillas cargadas (especialmente la izquierda); también los isquiotibiales; me dolían los codos; y también tenía molestias en las muñecas... Todo ello reflejo de ciertas secuencias del kata, que además siempre se realizan por el mismo lado...
A las 23:45, a 15 minutos de la medianoche, y por tanto de Año Nuevo, finalizaba el 3er cuarto del reto, y me disponía a empezar "la recta final": las últimas 27 repeticiones, ¡que todavía me llevarían un tiempo!
A unas 20 repeticiones del final, ¡quería dejarlo ya y terminar de una vez! Y me acordé de mi buen amigo y compañero Juanlu, que había llevado a cabo el reto el día anterior, y había comentado que también tuvo que auto-motivarse para no abandonar a unas 25 repeticiones de finalizar. También me ayudaba recordar que no estaba solo: a esa misma hora, nuestro Senpai, Garry Lever, también estaba haciendo lo mismo que yo en su dojo, en Inglaterra.
Completada la ejecución número 100, y a tan sólo 8 de final, mi mente seguía diciendo que ya era suficiente, podría dejarlo y nadie se enteraría; pero evidentemente, no podía abandonar, ¡y menos tan cerca de la meta!
"¿Por qué estás haciendo esto?", me había preguntado más de una vez a lo largo del desafío, y entonces me acordaba de que el reto, además de "reto", es "benéfico". Qué vergüenza quejarse... ¿Qué es esto comparado con lo que sufren las personas, y especialmente los niños enfermos de cáncer?!!...
Finalmente, después de 6 horas, terminé a la 1 de la mañana de hoy, 1 de enero de 2013... ¡FELIZ AÑO NUEVO!
Sin duda, una Noche Vieja que difícilmente olvidaré.
Ha sido toda una experiencia de entrenamiento para mí y para todos aquellos que la han llevado a cabo. Y desde luego, hacemos estas cosas para mejorarnos como karatekas y como personas.
Me gustaría que no se pasara por alto que lo más importante de todo es la gran causa que hay detrás del reto: Ayudar a niños enfermos.
El reto ha terminado para nosotros, pero muchas personas siguen luchando, y siguen necesitando ayuda. Me gustaría que todos aquellos que "me siguen" de alguna manera a través de mis proyectos de Karate en Internet, Facebook, etc., pudieran encontrar en sus corazones la motivación y generosidad necesaria para colaborar.
Son tiempos difíciles, lo sé, yo también vivo en España, y no soy rico ni mucho menos, sino de familia humilde (¡y cada vez más humilde!), pero no creo que haga falta ser rico para ayudar un poco. Muchísimas gracias, de corazón.
Feliz Año Nuevo, en especial al pequeño Joe y a todos aquellos que luchan contra las enfermedades.
1 comentario:
me parecen interesantes estos retos benéficos pero siempre he tenido una duda como comenzaron estos retos y en que han consistido los anteriores porque hasta ahora solo se han descritos 3,2 ya realizados y el que esta por venir de mantener shiko dachi en una hora ;el de las 10 mil repeticiones de hojo undo solo me deja una duda que son los ciclos invertidos por lo demas es facil entender que ejercicios se hacen en el reto mis felicitaciones por el blog y me parece que seria bastante interesante una entrada que explique la evolucion de estos retos que al parecer pocos karatekas estarian dispuestos a intentar
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